miércoles, 10 de marzo de 2010

Aurora Luque y José Ramón Trujillo

Después del éxito de la propuesta de “Poesía erótica” en el ciclo “Poesía en el Corral”, este miércoles contamos con todos los ingredientes necesarios para disfrutar en el Corral de Comedias de Alcalá de una noche poética única. Contamos con las propuestas escénicas de Elena Flys, una de las directoras más alabadas y creativas de nuestro joven panorama español, que es capaz de dar cuerpo teatral a los poemas, a la palabra poética rompiendo los límites de los lenguajes. Vídeos, proyecciones, actores que harán que los versos de Aurora Luque y de José Ramón Trujillo deambulen ante nuestros ojos multiplicando su capacidad de evocación y ensueño.

Y es que con Aurora Luque y con José Ramón Trujillo, con los poemas y las voces de Aurora Luque y de José Ramón Trujillo el éxito está garantizado. Dos poetas muy diferentes en su forma de enfrentarse al verso, en sus trayectorias poéticas, pero dos poetas a los que les une una misma pasión: los libros. Poesía que nace de la experiencia, poesía que toma cuerpo en el recuerdo de las lecturas, en los mitos del pasado que en sus versos vuelven a cobrar vida, una vida renovada, de largo alcance.

Aurora Luque es un volcán. Su acento andaluz y su paso firme la convierte en diana de todas las miradas. Aurora es una de esas mujeres que renueva, a cada paso, a cada verso, a cada mirada, el mito andaluz (si en realidad existe, a decir verdad). Y lo hace por la fuerza de su mirada, de su voz, de sus palabras y de sus versos. En la poesía de Aurora Luque se extiende la sábana de sus lecturas clásicas, de esos autores latinos y griegos a los que en tantas ocasiones se ha acercado, a los que admira y que renueva en cada una de sus obras: “Hisperiónida”, “Problemas de doblaje”, “Carpem noctem”, “Carpe mare”, “Camaradas de Ícaro”, “La siesta de Epicuro”… todos ellos galardonados con los premios poéticos más prestigiosos de nuestro país. Ahí están las lecturas, los títulos, pero también el deseo de renovarse en cada libro, en cada experiencia, de dejar atrás algunas de estas vivencias culturales para abrirse a nuevos mundos, nuevos lenguajes: “Ojalá los dioses / me abandonen. Todos. / Despertarme, de pronto, / desprovista de mapas, / limpia de certidumbres / añosas, despojada / de falacias y fábulas, / desnuda de pronombres / y atuendos de palabras/ -sobre todo. Ojalá / que los dioses, corteses, / todos me abandonen”. En la poesía de Aurora Luque se entrelazan, de una manera única en el panorama poético español, la experiencia personal –en muchos casos amorosa- y las lecturas, en una simbiosis que al lector le es muy difícil de dilucidar. Las lecturas como un medio de comprenderse que se convierten en textos que a su vez son lecturas con las que intentamos comprendernos nosotros mismos. Un círculo vicioso como el que nos regala en “Camaradas de Ícaro”: “Pondré mi oído en tu cuerpo. / Pondré mi verso en tu oído. / Pondré tu cuerpo en mi verso”. Uno de esos círculos que Aurora consigue romper con el estilete fino de la ironía: “Vendo roca de Sísifo, / añeja, bien lustrada, / llevadera, limada por los siglos, / pura roca de infierno. / Para tediosos y desesperados, / amantes de lo absurdo / o para culturistas metafísicos. / Almohadilla de pluma para el hombro / sin coste adicional”… o aquel otro que me fascina: “Revendo laberintos / usados, muy confusos. / Se garantiza pérdida total / por siete u ocho años. / Si no queda contento, “ reembolsamos el hilo de Ariadna”. Ni más ni menos. Así es la poesía de Aurora Luque: una poesía carnal, nacida del cuerpo y que se viste de galas en los oídos de las lecturas, para convertirse de nuevo en cuerpo, en un espléndido y sugerente cuerpo poético.

Con la poesía de José Ramón Trujillo nos adentramos en otras lecturas, en otros mitos, pero con la misma sensación de renovación y de resurrección poética. El pasado se despliega ante nuestros ojos y oídos, que son capaces de descubrir, de la mano del poeta, nuestro presente más actual. Poeta de obra alambicada, de la que tan solo nos ha regalado “El reino”, que fue accésit del premio Gil de Biedma en 2001, y un anticipo de su nuevo libro “Grial”, José Ramón Trujillo domina el verbo poético como pocos escritores actuales, ese verbo que es capaz de situarnos, en tan solo unos versos, en otra época, que no deja de ser la nuestra, como en su poema “Roncesvalles I”: “Pasan negros corceles sin jinete / que han perdido el rumbo entre la niebla. / Observan las montañas en silencio / el último estertor de la batalla. / pequeñas formas de hombre perpetúan / su cíclico ritual de sangre y odio. / Después, negros corceles por el valle / pasan libres un instante en la bruma / en busca de otros hombres y otras guerras”. Pero no cuadra bien la poesía de José Ramón Trujillo con esa corriente, ya poco transitada, de la “neo-épica”, que tuvo en la “Europa” de Julio Martínez Mesanza su mejor exponente. Como le sucedía a Aurora Luque, José Ramón Trujillo es un enamorado de la literatura, en este caso de la literatura artúrica medieval, de esos libros y novelas caballerescas a los que le dedica parte de su vida. Pero es una literatura que se confunde con sus venas, con su sangre, que traspasa los límites de la cultura para ser expresión de la vivencia: “¿A qué cantar? ¿A qué / interrogar el disco plano de la vida / si tan sólo nos es dada esta fugacidad, / este acechar el gesto huraño de las cosas? / Pero aún sin comprender. // ¿A qué seguir buscando? / ¿A qué está obstinación de la mirada si esta / claridad lo vuelve todo opaco, impenetrable, / si la piel de las cosas ofrece su blandura; / mas no su corazón?”.
Trío de ases en la manga es lo que nos hemos sacado para esta nueva entrega del ciclo “Poesía en el corral”, que va volviendo más poética nuestra ciudad un miércoles cada mes.

Los versos de Aurora Luque y José Ramón Trujillo, hechos carne en el espectáculo poético ideado por Elena Flys, se convertirán en recuerdo –literario, personal, artístico- al que volveremos en los próximos años. No permitas que te lo cuenten, que te pongan los dientes largos cuando alguien lo haya convertido en cuento literario dentro de unos días. El próximo miércoles, el Corral de Comedias te espera, como siempre, con sus brazos abiertos y el telón levantado para disfrutar de una tarde única de poesía.